Antonio, padre de María Teresa, Anabel Carrillo, Paco Lobatón y Teresa, madre de la joven.
Un alto en #Motril para abrazar y compartir un café con María Teresa y Antonio. Su hija desapareció hace casi 17 años, María Teresa Fernández a la que continúan buscando sin descanso.
Carmen Iglesias, hermana de Sonia, y Paco Lobatón.
Carmen, la hermana mayor de Sonia Iglesias, es también la voz de toda una familia que sigue reclamando su derecho a saber sobre su desaparición, cumplidos ya siete años. Firmeza, prudencia y una imbatible decisión : llegar hasta el final. Por Sonia, por sus padres, por su hijo. Le sobran motivos y no le faltan indicios acerca de hacia dónde apuntar para lograr su legítimo objetivo. Así me lo transmitió en Vigo durante un encuentro intenso y cómplice.
Antonia, madre de David Guerrero, y Paco Lobatón.
Encuentro con Antonia Guevara justo un año después de que se viera abocada a la declaración de fallecimiento de su hijo David Guerrero. Un trámite administrativo que en nada ha mellado la esperanza de ver volver al hijo desaparecido en el corazón de Málaga hace 30 años. Una conversación frente al olvido. Para construir memoria.
Sandra y Tamara, hijas de Elías Carreras, y Mercedes, mujer, junto a Paco Lobatón.
En Ourense, tres mujeres pronuncian a la vez el nombre de Elías. Elías Carrera, emigrante en Suiza durante los años 80 reconvertido en taxista, desaparecido sin causa aparente el 17 de julio de hace 4 años. Mercedes, la esposa , junto a Sandra y Tamara, las hijas, mantienen a duras penas la esperanza de saber qué le paso a Elias, por qué se fue y adónde. No dan crédito a que pueda ser una marcha voluntaria. Hablan con la emoción entreverada entre razones que no responden a lógica alguna, pero con una voluntad, a prueba de silencios, de seguir buscando. Un reclamo amoroso que se superpone al desconcierto de esta ausencia inexplicable y al desgarro creciente de la incertidumbre. Por que vuelva Elías lo darían todo.
Tere y Jesu Sánchez Moya, hermanas de María Dolores, y Paco Lobatón.
Mary Sánchez Moya: 27 años de una desaparición no investigada
En Medina del Campo, Valladolid, Tere y Jesu Sánchez Moya están decididas a mover lo que haga falta para que se reabra la investigación sobre la desaparición de su hermana Mary. Ocurrió el 27 de julio de 1990, pero ni entonces ni después se llevó a cabo una investigación que merezca ese nombre. En la Comisaría de la Policía Nacional su expediente se reduce al folio y medio de la denuncia que la madre de María Dolores firmó con su huella dactilar. Ella se pasó años yendo cada poco a preguntar si habían averiguado algo sobre su hija y al final murió de pena. De so no tienen duda los cinco hermanos que todavía viven, ni tampoco de que en el trasfondo no investigado de la desaparición hubiera un episodio de violencia de género. Ese concepto no se había acuñado por entonces, pero hay indicios y testigos que apuntan al primer y único novio que tuvo Mary.
Ahora, al verse la familia ante el obligado trámite de la declaración de fallecimiento, ha reverdecido todo lo que rodeó la repentina desaparición de aquella muchacha de 21 años: la más estudiosa de los nueve hermanos Sánchez Moya. Las dos hermanas que componían el trío de mujeres de la casa han reunido elementos de valor para intentar la reapertura del caso.
María, hermana de Dolors e Isidro Orrit y Carmen, madre, con Paco Lobatón.
Isidro tenía 5 años y su hermana Dolors 17 cuando desaparecieron del Hospital San Joan de Deu de Manresa hace 29 años. Allí siguen viviendo María, su madre, y Carmen, la más activa buscadora de los doce hermanos que completaban una familia numerosa y unida. Su empeño por saber qué pasó sigue siendo tan firme como su certeza de que alguien se los llevó. Que vuelvan un día es mucho más que un sueño, un desafío mantenido a pesar de todos los pesares.