La policía tiene registradas 5.529 búsquedas activas de gente a la que se ha perdido la pista. En total, suma más de 200.000 denuncias que pueden ser resueltas con rapidez o extenderse en el tiempo.
Sputnik
«Esto es como una depresión blanca. Puedes tener trabajo y pareja, pero a nada le ves sentido. Es como si te hubieran congelado». José Antonio Meneses es de Hornachos, en la provincia española de Badajoz (al sureste), y el 9 de mayo de 2017 dejó de ver a su madre, Francisca Cadenas. Con 22 años, se enfrentó al vacío. «Si te pasa algo repentino que te mate, o incluso si te diagnostican una enfermedad grave, hay un final. Pero esto es como estar en standby«, resume.
Como en la existencia de José Antonio Meneses, su padre y sus dos hermanos. «Se supone que nunca se abandona la búsqueda, pero es un poco engañoso, porque es imposible seguir investigando algo cuando no hay nada«, comenta, «indignado» por la falta de medios y la «desigualdad» con otros casos. «Han pasado 38 meses y es triste no saber nada. A medida que va pasando el tiempo, todo es mucho más grave», suspira, aludiendo al «parón» con la pandemia de coronavirus. Se atraviesan distintas etapas: momentos en que puedes llegar a solapar la angustia y otros en los que no apetece ni levantarse de la cama.
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