El limbo de los desaparecidos

Pagar una deuda, hacer la declaración de la renta…cuando alguien se esfuma deja ‘marrones’ legales que recaen sobre la familia. Que un juez declare su defunción es un modo de resolverlos.Ocurrió con Carlos Sánchez, que reapareció el mes pasado en un bosque de Italia tras 17 años sin dar noticias

A Pedro Matías Sánchez Riesco le esperaban con la mesa puesta un 26 de marzo (de 2009), pero la comida se enfrió sin que él abriera la puerta. Bajó a tomar algo con unos amigos a un bar de Gijón y se despidió diciéndoles que se iba a casa. «Quedó en comprar el pan», recuerda su madre, Rosa. 80 meses después continúa esperándole. Guillermo Cancho Alejo salía todos los días a dar una caminata y aquel 4 de mayo (de 2006) no hizo una excepción. A las diez de la mañana cerró la puerta de su casa en la calle Federico García Lorca de Burgos para encontrarse con unos amigos. No volvió. Hace 3.493 días que su familia no sabe nada de él.

El 28 de octubre, un mensaje en el móvil de Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos, arrojaba un poquito de luz para otra de esas familias que esperaba tener noticias de un allegado que se marchó sin dejar rastro. Uno de los 90.000 colaboradores de la agrupación le ponía sobre la pista de un hombre que había sido encontrado en Italia viviendo en el monte como un eremita y sin parientes cercanos. «Le pedimos a otra asociación, la italiana Penelope, que nos averiguara algunos datos para ver si se correspondía con algún caso de aquí». El 2 de noviembre a las 19:45 horas le llegó la respuesta y en menos de una hora ya estaba hablando con la familia «con toda la prudencia del mundo».

FUENTE: elnortedecastilla.es